Las malformaciones colorrectales pediátricas, representan no solo un desafío clínico, sino también una transformación emocional y social para toda la familia. En estos contextos, el vínculo afectivo entre cuidadores y niños se convierte en una herramienta terapéutica esencial para fortalecer la salud emocional y enfrentar el proceso médico con mayor resiliencia (Walsh, 2016).
Impacto Familiar Ante el Diagnóstico Médico
El diagnóstico de una MAR no afecta únicamente al niño, niña o adolescente (NNA), no es sólo su cuerpo el que enfrenta un reto: toda la familia se transforma: las rutinas familiares, activa temores y genera desgaste emocional. Procedimientos como colostomías, enemas, irrigaciones, hospitalizaciones prolongadas y cirugías intensifican el estrés parental y despiertan sentimientos como angustia, miedo, incertidumbre o culpa (Pérez & López, 2020). Validar todas estas emociones es vital para iniciar procesos de afrontamiento saludable, como lo plantea Bowlby (2020) en su teoría del apego.
El Vínculo Familiar como Factor Protector
El vínculo familiar se define como la conexión emocional, afectiva y de confianza entre los miembros de una familia. En escenarios clínicos, este vínculo puede convertirse en un elemento estabilizador que favorece la adaptación al tratamiento, mejora la autoestima del NNA y disminuye el impacto psicológico del proceso médico (Walsh, 2016).
Estudios han demostrado que las enfermedades crónicas generan sobrecarga emocional en los cuidadores, lo que puede alterar la dinámica familiar y afectar la calidad del acompañamiento (Pérez & López, 2020). Por ello, fortalecer el vínculo familiar y fomentar la participación activa del NNA resulta una estrategia eficaz para promover resiliencia (Walsh, 2016).
Cuando la enfermedad entra en casa, la unión familiar puede convertirse en una fuente de apoyo poderoso o en un espacio de tensión. Por eso, aprender a cuidarlo es esencial.

Cuatro (4) Estrategias para Fortalecer el Vínculo Familiar
1. Comunicación afectiva
- Practicar la escucha activa sin juicios.
- Validar emociones y no centrarse únicamente en tratamientos.
- Involucrar al niño, niña o adolescente (NNA) en decisiones relacionadas con su cuidado, de manera adaptada a su edad y capacidad cognitiva, fortalece su sentido de autonomía y pertenencia. Esta participación activa contribuye al desarrollo de confianza emocional y resiliencia frente a la adversidad (Bowlby, 2020; Walsh, 2016) 2. Tiempo de calidad
2. Tiempo de calidad
- Realizar actividades recreativas ajenas al contexto médico como leer cuentos, jugar o cantar.
- Fomentar momentos de conexión afectiva que ayuden a liberar tensión emocional.
- El juego y la risa también actúan como medicina emocional (Walsh, 2016).
3. Cuidar al cuidador
- Reconocer que el autocuidado es esencial para brindar un acompañamiento efectivo.
- Buscar espacios para el descanso, la conversación y el movimiento.
- Apoyarse en redes familiares, grupos de ayuda o profesionales de la salud mental (Pérez & López, 2020).
4. Trabajo en equipo
- Delegar y distribuir responsabilidades entre familiares y cuidadores.
- Fomentar un entorno colaborativo y de corresponsabilidad.
- La carga emocional se alivia cuando se comparte desde el afecto y el compromiso (Walsh, 2016).
El Niño, niña y adolescente Como Protagonista
Incluir al niño, niña o adolescente como sujeto activo de su proceso terapéutico implica escuchar sus preguntas, miedos y sueños. Explicar su situación con amor y sinceridad permite que se sienta acompañado, respetado y emocionalmente fuerte. Este enfoque favorece el desarrollo de seguridad, confianza y resiliencia (Bowlby, 2020)
Un Mensaje Final para la unión Familiar
Las familias que enfrentan diagnósticos médicos pediátricos tienen el potencial de transformar la adversidad en una experiencia significativa. A través del fortalecimiento del vínculo familiar, la comunicación empática y el trabajo en equipo, se pueden generar entornos de acompañamiento emocional que impactan positivamente la salud física y emocional del NNA.
Desde la Fundación Florece la Esperanza Ángeles en el Camino, reafirmamos que caminar acompañados es posible. Las familias no están solas: existen redes de apoyo, talleres y espacios comunitarios diseñados para brindar contención emocional y guía en momentos difíciles. Recuerda la unión familiar, es un parte fundamental para sobre llevar los tiempos de estrés o preocupaciones.
Si tu hijo/a enfrenta una malformación anorrectal, aquí estamos para acompañarte.
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Realizado por Vanessa Celis. Psicóloga en Formación y Sonia G. Talero Quevedo. Psicóloga FFEAC
Referencias
- Bowlby, J. (2020). El apego y la pérdida: Volumen 1. El apego. Editorial Paidós.
- Gottman, J., & Silver, N. (2019). Los siete principios para hacer que el matrimonio funcione. Editorial Urano.
Conoce más acerca de nuestro trabajo: Única fundación en Colombia en trabajar por NNA con malformaciones anorrectales